domingo, 6 de marzo de 2011
Una noche en Phnom Penh
Atardecía sobre Phnom Penh cuando abandoné la prisión de Tuol Sleng con el ánimo encogido y el cansancio de dos días de viaje por el Mekong. No tenía nada más previsto para ese día y me senté en la calle con la espalda apoyada en el muro exterior de la prisión. Un conductor de motos se me acercó y me ofreció sus servicios. Todavía ensimismado le dije que no. Necesitaba tiempo para asimilar lo que había visto.
Cuando por fin reaccioné, saqué mi guía y memoricé mentalmente el mapa de la ciudad. Todos los sitios turísticos estaban ya cerrados y pensé en pasear un poco al azar. Una vez que me levanté, el conductor de la moto se me acercó y se ofreció de nuevo a llevarme. Con una sonrisa y bromeando con él rechacé su ofrecimiento y en ese momento me di cuenta de que con las prisas no había cambiado dinero y no tenía ni para cenar. Llevaba unos euros pero no sabía si me los aceptarían. El conductor seguía intentando que lo contratara dándome argumentos de lo más peregrinos como que mis blandas piernas occidentales no estaban acostumbradas a andar y entre risas acepté su oferta pero avisándole que no llevaba dinero y que necesitaba cambiar.
Nos montamos en su moto destartalada y entre un trafico intenso me llevó a un cajero. No me había entendido. Su inglés era aún peor que el mío y tuve que enseñarle mis euros para que me entendiera. Su cara sonrió de comprensión y tras recorrer media ciudad e insultar a varios conductores me llevó a un cambista que parecía sacado de una ilustración medieval de usureros.
Ya con mis rieles en el bolsillo fuimos hacia la zona del paseo fluvial, el barrio para los turistas. Aquello no es Camboya. Es una sucesión de bares repletos de extranjeros disfrutando de cervezas occidentales y hamburguesas y creyéndose alternativos. Me senté en el primero que vi que tenía una mesa libre en la acera y pedí una cerveza local que me supo a gloria.
Una vez repuesto seguí paseando por todo el paseo mientras me fijaba en posibles sitios para cenar. A mi lo que me apetecía era probar la cocina Jemer tradicional, pero la mayor parte de los restaurantes parecían demasiado "adaptados" para los turistas. Mientras andaba, los conductores de tuk-tuks y motos me ofrecían una y otra vez llevarme y cuando les decía que no, con un gesto pícaro me ofrecían "chicas bum-bum", un eufemismo para referirse a prostitutas y que había visto en las películas sobre Vietnam.
Al principio me reía y les negaba con la cabeza, pues imagino que debo dar el perfil. Un cuarentón paseando solo y sin rumbo fijo por delante de los bares y restaurantes en el barrio de los turistas y al anochecer. Imagino que pensaban que buscaba compañía y me lo ofrecían una y otra vez. Cuando les decía que no, se me acercaban al oido y me ofrecían hachis, éxtasis, coca y todo tipo de pastillas. Debía tener pinta de muy necesitado de diversión.
Entre los restaurantes y bares se publicitaban masajes para los pies cansados y masajes completos al estilo Jemer. Pero las señoritas ligeras de ropa que sentadas en la puerta se mostraban con las piernas abiertas, no parecían indicar el tipo de masaje que la publicidad prometía.
Un conductor de tuk-tuk insistente sacó de su bolsillo un catálogo de fotos de chicas desnudas que me mostró mientras me susurraba "chicas-chicas-masaje-chicas-guapas-simpaticas-masaje-barato" y me echaba el aliento en el oido. Le dije una vez más que no a su oferta y de repente se lo pensó y con una cara de sátiro me susurro "chicos" y se echó a reir mientras se alejaba. No sé si realmente era cierta la oferta o sólo que le hizo gracia la ídea, pero me hizo pensar que todo estaba a mi disposición si tenía dinero para pagarlo.
He encontrado turismo sexual en muchos sitios en mis viajes, pero pocas veces tan descarado y de tan fácil acceso como en Phnom Penh. Entre las fotos que me enseñaron había algunas de niñas que juraría que eran menores de 15 años. Pero lo que me revolvió el estómago fue pensar que si me lo ofrecían con tanto descaro y prácticamente cada conductor que me encontraba, eso significaba que había mucha demanda.
Miré a los cientos de turistas que abarrotaban los bares y pensé que cuantos de ellos saldrían de cenar buscando compañía.
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Por las noticias que tengo creo que es impresionante lo fácil que es el comercio sexual en esa zona del mundo, incluso con menores. Lo que me asusta es pensar como debe repercutir todo eso la población autoctona.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo es Peace-for-ever. He encontrado turismo sexual en Tailandia, Vietnam, Camboya e India. Y con menores aún es más fácil, pues están desprotegidos y muchos viven en la calle.
ResponderEliminarLa población cierra los ojos y no se preocupa del problema. Bastante tienen con comer. Los problemas morales no exiten cuando el hambre es omnipresente.
Un beso (asexual)
Me da mucha pena ver como los menores están totalmente desprotegidos. El sexo mueve mucho dinero y hay mucho enfermo que paga más dinero por mantener relaciones con un niño. Las mafias, el gobierno, los intereses creados ... es tan difícil cambiar esa situación.
ResponderEliminarUn beso
UT
La prostitución en estos paises va asociada al hambre Ut. Muchas familias entregan o venden a sus hijas (e hijos) a estas redes para tener una boca menos que alimentar en casa.
ResponderEliminarAhora se empieza a perseguir un poco, pero allí no tienen medios y aquí es tan dificil pillarlos... :(
Un beso (a los pasan hambre)
Tú lo has dicho, la demanda debe ser tremenda cuando te lo ofrecen todo tan fácilmente, con catálogo y sin ningún tipo de pudor. Y eso no va a desaparecer nunca, porque el hambre nunca va a desaparecer. Ni las ganas de sexo de los que están dispuestos a pagarse un perverso capricho.
ResponderEliminarEl horror, el horror...
Un beso (creyéndome alternativo)
Yo confío en que algún día desaparezca, aunque no lo lleguemos a ver ni tu ni yo Theo. Existen planes para erradicar el hambre en el mundo, aunque se incumplen sistemáticamente. Pero prefiero creer que algún día se aplicarán. El resto vendrá después.
ResponderEliminarClaro que eres alternativo. Nadie alterna las palabras como tu :)
Un beso (esperanzado)
Autch, a mi eso del turismo sexual no me hace sentido, turistiar de por sí ya representa un gasto y bueno, para qué pagar la vaca si tienes la leche gratis jajajajaja.... En nuestro último viaje con M, mientras buscábamos un chico para darnos un gustillo, encontramos a uno que cobraba, lo descartamos de plano, señalando que no pagaríamos por algo que podríamos obtener sin costo alguno.
ResponderEliminarMientras todas las partes estén de acuerdo no le veo problema, si tienes dinero y quieres gastarlo, el asunto está cuando son mafias que explotan hasta a niñas, eso ya es más peliagudo. Sigo maravillado con tus relatos viajeros, gracias por compartilos con nosotros.
Un beso (avaro)
mucho he visto y he vivido sobre ese tipo de temas, y siempre se me ha encogido el corazòn, tu relato no deja de ser bello y por lo menos ami, me dan ganas de conocer esos rincones.
ResponderEliminaren fin
un besoso tigroso
es un horror... la prostitución no dejará de existir nunca (que por algo la llaman la profesión más antigua del mundo) pero lo que es un horror impensable es que se convierta en una obligación en la exclavitud de este nuevo milenio. Es realmente desesperanzador que el ser humano siempre encuentra maneras de someter a otros a la explotación. Y ya cuando entran en juego menores es un horror impermisible... La paranóia perversa de nuestra sociedad ha hecho que esto ya sea lo normal... y es como empleamos ese dinero que tanto queremos ganar. Y lo que es peor querido Parmenio... es que muchos de esos que salieron de la cena para meterse en esos clubs son lo que muchos aspiran ser... los modelos a seguir de esta sociedad...
ResponderEliminarNo veo yo la salida... hoy me pillas pesimista :-(
besos
Tiendo a creer que soy de mente abierta, pero no puedo con varias cosas, una de ellas es el turismo sexual, otra de ellas, la prostitución de menores. Y en eso soy inquebrantable, me parece tan lamentable como emplear una situación de abuso de poder. No sé, a lo peor soy un carca y no lo sabía. Pero ejemplos de ambas cosas he visto y no pocos en este nuestro país, sin irme tan lejos como a asia. Por desgracia
ResponderEliminarEl comercio de la carne joven. De niños.
ResponderEliminarCreo que cualquier cosa que digamos, suena a repetitivo. Es tan difícil luchar contra eso en esos países...
Por un lado me da envídia ese gusto tuyo por estos viajes exóticos. La verdad es que yo no me atrevería, ni sé si lo sacaría gusto. Pero conocer esa forma de vivir tan distinta a la nuestra tiene que ser enriquecedor.
Yio últimamente hago turismo de terraza y libro. en fin.
besos.
muchos.
envueltos.
Yo tampoco tengo nada en contra de los que voluntariamente cobran por su cuerpo G-boy. Es suyo y hacen lo que quieren. Pero cuando veo sitios tan organizados como esas "casas de masajes" con docenas de chicas en la puerta esperando a clientes para "masajearles" no me termino de creer de que estén allí por su propia voluntad.
ResponderEliminarYo también ando muy justo de dinero cuando viajo, como para gastarlo en sexo que (de momento) puedo conseguir gratis.
Y gracias por no aburriros (o al menos no decírmelo jajaja) con mis relatos y anécdotas viajeras.
Un beso (pobre)
Yo es que estoy totalmente en contra de la prostitución, si quieres follar conmigo genial y si no también porque nunca me he quejado en ese aspecto y cuando me han dicho que no tenía a otro(s) que sabía que me iba(n) a decir que sí. Pero eso de pedir dinero a cambio de sexo me parece penoso porque rebaja a las personas a la categoría de mercancía.
ResponderEliminarBesos (sí o no).
El tema del turismo sexual por desgracia no está circunscrito solamente a unos pocos países Pancho. Lo hay en casi todos los países del mundo. Sólo hace falta buscar un poco para encontrarlo. A pesar de todo esto recomiendo ir a estos sitios. Merece mucho la pena ir.
ResponderEliminarUn beso (a franjas tigrosas)
Es cierto que la prostitución no dejará de existir nunca Adrianos. Siempre habrá gente que necesite de esos "servicios", pero yo soy partidario de que sea una profesión regulada y a la que acceda el que quiera libremente, con sus garantías y sus medidas higienicosanitarias. El problema es lo que comentas, que se ha convertido en un sistema de esclavitud permitida por una sociedad hipócrita que gira la cabeza hacia otro lado mientras el problema no meta mucho ruido.
ResponderEliminarMe recuerda un poco a la sociedad victoriana del siglo XIX en la que los vicios eran permitidos para las clases pudendas con tal de que no se hicieran notoriamente públicos. A pesar de ello yo soy optimista, y pienso que algún día veremos (tal vez no nosotros) como se acaba con estos mercaderes de la carne.
Un beso (por el futuro)
No hace falta irse a Asía para ver turismo sexual, Z. Todas nuestras carreteras están plagadas de locales de alterne donde satisfacer las necesidades de sexo del que tiene dinero para pagarlo.
ResponderEliminarLa diferencia con estos países es que allí el turista se siente impune y a salvo de la maledicencia de sus vecinos y algunos se atreven a pedir cosas que aquí no osarían solicitar nunca (como el sexo con niños), pero por lo demás no hay mucha diferencia.
Un beso (desde aquí)
El turismo sexual con menores por desgracia ya suena repetitivo, Tatojimmy, pero lo es porque oímos hablar muchas veces de él y parece que el tema no avanza mucho hacia su solución, pero poco a poco se toman medidas como la persecución extraterritorial de los delitos de abuso sexual con niños.
ResponderEliminarA mi me encanta viajar y especialmente por esos países tan diferentes al nuestro. Mucha gente me dice que estoy loco haciendo estos viajes y metiéndome en lugares como los que voy, pero yo les suelo responder que no es tan diferente a lo que tenemos nosotros. Buena gente hay en todas partes y lo único que nos diferencia el el poder económico. Si vives como ellos te das
cuenta de que las diferencias desaparecen. Sólo quedan las culturales, y esas me encanta aprenderlas. Lo cual no quita que no lo pase también bien tomándome unas tapas en una terraza con los amigos :)
Un beso (multicultural)
Yo intento comprender a la gente Chris, y ponerme en su lugar. Yo nunca he pagado por sexo, ni antes con mujeres ni ahora con hombres. Pero tengo 42 años. Y me planteo que qué pensaré cuando tenga 70 si en ese momento no tengo pareja. Es posible que siga teniendo necesidades sexuales y a lo mejor mi única forma de satisfacerlas sea pagando. ¿Debería hacerlo? Pues como tu dices. Sí y no.
ResponderEliminarNo me parece mal que exista una prostitución regulada y legal que cumpla esa función. Lo que me parece mal es que haya mafias explotando a la gente y gente trabajando en contra de su voluntad.
Por lo demás, ¿no trabajamos por dinero? ¿Qué diferencia hay entre el minero que vende el esfuerzo de su cuerpo en una mina o el que vende su cuerpo para el sexo? Creo que si se hace voluntariamente en los dos casos, la única diferencia es un tema moral. Y la moral varía de persona en persona. Unos admiten el aborto y otros no. Unos admiten la eutanasia y otro no. Unos admiten el divorcio y otros no. Cada uno pone sus límites. Y la sociedad los suyos.
Un beso (de dos formas)
Lo del turismo sexual es horrible, supongo que está en todas partes, en algunas más visibles que otras, lo que admiro es tu conciencia para decir que no cuando te lo ofrecen, porque no estás pensando en ti, piensas en esas pobres niñas, probablemente menores de edad que se ven abocadas a esto.
ResponderEliminarBesazos!!
El problema no es el turismo sexual en si mismo...el problema es la desigualdad, la explotación, la falta de oportunidades...
ResponderEliminarRealmente entre quienes ejercen la prostitución...¿Han podido elegir sobre su destino, o se han visto obligados a ello?
Quizás la misma chica si hubiese nacido en Madrid en vez de en Phnom Penh hubiera podido ir al colegio, estudiar y ahora trabajar como administrativa...o quizás también hubiera sido prostituta...
Si ha podido elegir, bienvenida sea su profesión, si no ha podido, entonces es un drama...
Lo que desde luego no tiene nombre es la prostitución infantil.
Me gusta cuando cuentas experiencias como estas :)...Es una forma de mostrar al mundo lo que realmente hay...porque al final, por acción u omisión, todos somos un poquito responsables.
¡Un abrazo!
Creo que el turismo sexual es una de las peores lacras, sobre todo cuando se trata de niños o adolescentes. Nunca hay que consentir algo así.
ResponderEliminarPArmenio, que interesante... ya sabes como funciona la ley de oferta y demanda... si hay mucha oferta, quizá es que haya una gran demanda... aunque esto no siempre tiene porqué cumplirse, tiene que ser en competencia perfecta, y esta no existe... muchas veces la oferta es mayor que la demanda... luego, los ajustes vienen en los precios... claro que los occidentales todo lo podemos...
ResponderEliminarPor cierto, a mi me encanta esto de la comida tradicional de cada sitio... no lo puedo evitar.
bicos Ricos
Lo malo del turismo sexual es la hipocresía de los occidentales que viajan exclusivamente para acostarse con chicas y chicos que son explotados por mafias locales. Y digo hipocresía porque saben perfectamente que la situación es esa.
ResponderEliminarRespecto a lo de mi conciencia para decir que no, La verdad Davichini es que yo lo tengo más fácil porque lo que me suelen ofrecer son chicas y digamos, que ya he tenido suficientes en mi vida ;)
Un beso (de alguien normal y no de un santo)
Efectivamente Flecha Azul, la prostitución en si misma no es mala si se ejerce voluntariamente y no obligado o por necesidad.
ResponderEliminarEl problema como bien dices es que los turistas (y no digo occidentales porque el mayor turismo sexual es de japoneses, coreanos y de Singapurenses) se aprovechan de la falta de recursos de los habitantes de estos países y con unos pocos dólares consiguen que los habitantes se plieguen a sus deseos. Y eso hablando de prostitución con adultos, porque los niños aún se encuentran más desprotegidos y normalmente ni siquiera son conscientes de lo que hacen (y muchas veces ni siquiera pueden
escoger)
No todo al viajar es monumentos, comidas y diversión. También hay pobreza, necesidad y hambre. Y creo que debe mostrarse también para que poco a poco todo el mundo sea consciente.
Un beso (por preocuparte de los demás)
Se está empezando a luchar a nivel mundial contra ello Ruben. Al menos en Europa (y no sé si en otro países) se legisló para que la prostitución con menores, aunque se realice en países extracomunitarios sea perseguible y sea delito en el país origen del turista. Y por reciprocidad policial intracomunitaria, que lo sea en los demás países de la unión.
ResponderEliminarA medida que esta medida se extienda, estos turistas lo tendrán más difícil para abusar de niños.
Un beso (no delictivo)
La impresión que tengo es que hay muchísima más oferta que demanda Pimpf, pero con los precios que cobran, que no tengo ni idea, pero que a lo mejor son la mitad o menos de los de aquí, en esos países pueden vivir una semana o quince días.
ResponderEliminarNo soy periodista y no he investigado el tema, así que no puedo dar datos fiables, pero me guío por lo que me muestran los ojos. Y la oferta es inmensa. En una calle de 500 metros había al menos una docena de estos sitios, y eso sin contar las docenas de veces que me lo ofrecieron por la calle.
Hay mucha gente que vive con un dolar al día. Imagina lo que puede dar de sí un polvo o dos al día.
A mi me encanta la comida tradicional de cada sitio... siempre que estemos hablando de la misma comida claro jajaja
Un beso (tradicional)
parmenio: el turismo sexual en esa zona de asi es muy comun y por desgracia la prostitucion infantil y de adolescentes es cosa muy comun, hace un tiempo vi que en MALASIA, en frente del palacio se prostituyen niños a la vista de todos, asi q no me sorprende nada, ademas en tve, he visto documentales sobre las ong que salvan a estos chicos
ResponderEliminarjaj eso está claro cari... según iba leyendo tu post ya me iba yo imaginando tu conclusión. Pues todo ese tinglado no puede estar montado si no hay demanda... Yo realmente no soy de los talibanes o jemeres rojo que piense que está mal que haya prostitución pues me parece que es igual que vender la inteligencia de muchos de esos cerebros que ahora tienen la culpa de la crisis economica, lo malo es lo sórdido que es el asunto y lo odioso es la explotación que se hace de, a menudo, menores. Eso si que es terrible, abusar de personas que no tienen ni nocion de lo que hacen o lo hacen para comer...
ResponderEliminarSupongo que todos esos turistas estarán alli entre polvo y polvo, reponiendo fuerzas para ir de nuevo a amortizar su viaje... Y debe ser muy difícil sustraerse a la lujuria general y no caer en alguna de esas bajezas...
En fin, un asunto de lo mas penoso.
Bezos.
En Bangkok, el catálogo que me enseñaban los vendedores de sexo callejeros incluía niños, niñas, animales y todo lo que puedas imaginar.
ResponderEliminarHace tiempo que dejé de ir a Cuba por lo mismo. Sin catálogos ni fotos, el mercado de la Habana era el mismo. Menos mal que acabaron con el prostíbulo americano de Bautista.
Un abrazo
Todavía es algo común en estos países Juancito, pero como he comentado antes se empiezan a tomar medidas en el país de origen
ResponderEliminarde los turistas sexuales. Así el delito no queda impune. Aunque todavía hace falta colaboración para que los denuncien. Por ejemplo esas ONG´s de las que hablas y que hacen un papel de vigilantes y de rescatadores a la vez.
Un beso (no gubernamental)
Hace poco recuerdo que en un comentario (ya no sé si en tu blog o en el mío) te comenté Thiago que tenía en mente hacer una entrada sobre el turismo sexual. No sabía como enfocarlo y al final ha salido de esta manera, contando lo que vi aquel día que paseaba por Phnom Penh. Pero perfectamente podía haber contado lo que vi en Saigon o en otros lugares "para turistas". La prostitución no es mala en si misma, pues todos lo hacemos de un modo u otro, ya sea con nuestro sexo, nuestra fuerza,
ResponderEliminarnuestra habilidad o nuestro intelecto, lo malo es las mafias que hay detrás y que esa prostitución no sirve para mejorar la vida de esas persona sino para engordar las cuentas corrientes de cuatro jefecillos de las redes locales.
Prefiero creer que la mayoría de los turista que había por allí eran personas normales y no turistas sexuales, aunque viendo
la cantidad de oferta me temo que es una vana ilusión.
Un beso (que no te cobro)
Yo también recuerdo lo que me ofrecieron una y otra vez en Bangkok hace ya 13 años, Uno. Entonces yo era hetero y el
ResponderEliminarconductor que nos llevaba en coche no paraba de ofrecernos chicas a la primera oportunidad que podía. Después de decirle media docena de veces que no nos interesaba se volvió hacia nosotros y con una sonrisa nos ofreció chicos :)
Cuba no la conozco y sabía que también había algo de prostitución allí, pero no sabía que tanto.
Un beso (recordándome con 13 años menos)