jueves, 31 de marzo de 2011

Un meme preguntón


Después de dos o tres semanas bastante liado y alejado de los blogs, me estoy intentando poner al día de todo lo que ha pasado y han escrito toda la gente a la que sigo. Entre ellos está el blog de Davichini, y aunque ya hace un par de semanas que me lanzó el reto, yo no lo había visto hasta ahora. Así que aunque con mucho retraso cumplo mi parte y respondo a las preguntas del meme que envió. 

¿Si tuvieras otro blog... de qué sería?
La verdad es que ni se me había ocurrido la posibilidad de abrir otro blog. Aún me sorprendo por tener este abierto durante tanto tiempo, pues no fue nada meditado, sino un impulso del momento. De todas formas, si tuviese que abrir otro blog sobre algo diferente a éste imagino que sería sobre alguna de mis pasiones: el cine o los viajes. Aunque el segundo ya casi lo hago aquí :) 

Si pudieras cambiarte el nombre... ¿cuál te pondrías?
De muy pequeño me gustaba mucho mi nombre porque era el mismo que el de mi padre y me hacia sentir orgulloso. Era una versión en miniatura de él. Más adelante me di cuenta que eso no sólo no era una ventaja sino un problema de duplicidades y equívocos, además de ser un nombre muy común. Así que de adolescente dejó de gustarme y fantaseé con otros nombres. Ahora la verdad es que llevo tanto tiempo con él que ya no me planteo si me gusta o no, simplemente es el que tengo. Pero si me lo tuviese que cambiar hay nombres que me gustan mucho como David o Alex por ejemplo.

Si pudieras volver a nacer, te gustaría ser hombre, o mujer?
Esta es una pregunta imposible de responder, porque al no haber podido disfrutar del punto de vista de la mujer tengo que tomar la decisión sólo por los datos que observo a diario. Y vista la situación de la mujer en el mundo y que aún les falta mucho para obtener la igualdad real con los hombres, pues escogería ser de nuevo hombre, pues si siendo hombre y gay ya tenemos menos derechos, no se si querría tener que luchar cada día como lo hacen las mujeres. En algún otro blog he visto a mujeres que escogerían ser mujeres. Igual me pierdo algo, pero no tengo forma de saberlo. Aunque ser multiorgásmico debe tener su punto :)

Si te concedieran sólo uno (1) deseo, cuál pedirías?
Si no me ponen más restricción que esa, al igual que en ese cuento moral, pediría tener un millón de deseos para poder seguir así infinitamente, pero como imagino que en la letra pequeña ya habrán pensado en ello y lo habrán excluido, la siguiente opción lógica sería ser feliz siempre. Pero como este concepto es muy difuso y puede que los deseos inmateriales no estén tampoco incluidos, me limitaré a un deseo sustitutivo y material que me haría muy feliz: poder estar viajando once meses al año y regresar uno de vez en cuando para ver a la familia y los amigos.

Si te concedieran sólo un (1) poder, cuál escogerías?
Esta pregunta si que es difícil, pues hay muchas opciones y todas tienen sus ventajas, pero creo que si hubiese nacido con él mi poder escogido habría sido ver el futuro, o al menos el mío propio. Me habría ahorrado media vida de heterosexualidad castrante y de muchos momentos nada agradables. Y si me fuese concedido ahora probablemente también escogería el mismo. Así mis dudas y miedos desaparecerían al ver lo absurdos que son. Y si voy algún día a enamorarme vería de quien y me lanzaría ya por él para no perder un minuto más de mi vida. 

Si pudieras comprar "potis" sólo de una marca, cuál sería?
No soy mucho de utilizar potingues y cremas. De hecho no los he utilizado hasta cumplir los cuarenta y/o descubrir mi homosexualidad, pero si hay que elegir una me quedo con Shiseido que es una marca que me encanta pero que no me puedo permitir. Lo que si uso es colonias y perfumes. Utilizo varias, pero si tuviese que quedarme con una solamente sería Dior Homme Sport.

Si te regalaran un viaje, a qué país lo querrías?
Aquí sí que tengo un problema de elección, porque me gustaría visitar todos los países del mundo. Algunos hasta repetiría. Me encanta el sudeste asiático y perderme por allí es un placer cada segundo. El África negra todavía no se ha puesto a mi alcance por diversos motivos, principalmente económicos, y Sudamérica es algo que tengo pendiente, como visitar a unos primos lejanos. Pero si tuviese que elegir uno, solamente uno, el que me apetece conocer ahora es Nueva Zelanda. Lo tiene todo, playas, montañas, cultura occidental y tradiciones indígenas, naturaleza exuberante y ciudades modernas. Y además es nuestra antípoda.

Y cumpliendo las condiciones de este meme se lo paso para que nos deleiten con sus respuestas a:

- Ut, el de las estrellas
- G-boy y sus crónicas de colores
- Pancho, mi felino favorito
- Pimpf, por ser un anfitrión perfecto
- Ruben y sus noches oscuras

miércoles, 23 de marzo de 2011

Una mañana en Phnom Penh


Cuando me asomé a la ventana allí estaba él.

Después de convencerme el día anterior de que sus servicios me eran imprescindibles dadas mis débiles piernas occidentales, habíamos acordado que me esperaría al amanecer para visitar la ciudad. Tumbado en su moto, como si hubiese pasado la noche esperándome sobre ella, me saludó con una sonrisa cuando me vio aparecer. Casi no hablaba inglés pero su mezcla de palabras y gestos era suficientemente explícita.

Sacó un casco grasiento de debajo del asiento y me lo alargó. Venciendo mis reparos sobre en que cabeza había estado antes me lo ajusté como pude bajo su atenta mirada. Fue entonces cuando saco sus mitones y con gran cuidado se los ajusto en las manos. Se llamaba Samai, pero yo lo recordaré siempre como el conductor de los mitones rosas.

Nos dirigimos a nuestra primera parada, el Wat Phnom, una colina arbolada en mitad de la ciudad coronada por una pagoda donde la gente sube a rezar y pedir buena suerte a varios Budas que el Mekong arrastró hasta aquí. El parque que lo rodea y el santuario es como una representación de Camboya en miniatura. Vendedores de globos, jugadores de Jianzi, devotos creyentes, mendigos, niños con pájaros que venden para soltarlos en las ofrendas, parejas paseando, gente leyendo bajo los árboles, gatos subidos en las estupas, jóvenes acaramelados y turistas camboyanos que vienen a hacerse fotos frente a la escalinata que asciende a la pagoda.

Tras pedir buena suerte a los cuatro Budas y escaparme de un niño que estaba empeñado en meter uno de sus pájaros en mi mochila me dirigí al Palacio Real. El actual rey vive allí y sólo una parte está abierto al público, pero es suficiente. Es impresionante.

La sensación que tuve de volver a Bangkok trece años después fue apabullante. Todo el Palacio Real rezuma el estilo del equivalente tailandés. Parece casi una copia.

El edificio principal es la Pagoda de Plata, que se llama así porque todo el suelo está hecho de baldosas de plata de 1 Kg cada una. Y hay 5000 baldosas. Me habría encantado sentarme sobre ellas y rascar disimuladamente una de ellas, pero se encuentrana tapadas por alfombras y sólo te dejan ver unas cuantas en un extremo. Aún así impresiona. Me imaginé lo que debía ser verlo antes cuando estaban todas al descubierto y la luz de las ventanas las hiciesen brillar. Aprovechando que había tenido que descalzarme para entrar pisé disimuladamente una de ellas y a pesar del calor asfixiante noté que estaba helada. Un escalofrío me recorrió el cuerpo.

Dentro se encuentra lo mejor del arte jemer. Vi un Buda esmeralda y otro de oro recubierto con más de 10.000 diamantes, pero había infinidad de pequeños budas y figuritas que atraían la mirada irremediablemente. Aquí las fotografías estaban prohibidas y el nivel de seguridad imperante hacían poco recomendable el intentarlo.

Cuando salí busqué mis chanclas entre los miles de tipos de calzados desperdigados por la entrada pero en el lugar que yo recordaba haberlas dejado no estaban. Empecé a recorrer todo el perímetro buscándolas por si alguien las había movido o yo me había equivocado de lugar pero no aparecieron. Descalzo y con un asfalto que quemaba bajo el ardiente sol me sentí ridículo. El lugar más custodiado de Phnom Penh y a mi me habían robado las chanclas. Parecía un vodevil barato.

Me acerqué a uno de los guardias de seguridad y le indiqué que me habían robado. Se le abrieron los ojos y me pidió que le mostrase el lugar del crimen. Casi conteniéndome la risa por lo dantesca de la situación le señalé el lugar donde las había dejado. Cuatro guardias más acudieron y empezaron a buscar mis chanclas entre las decenas de calzados. No lo podía creer, tenía a la mitad de la seguridad del Palacio Real buscando unas chanclas de 10 euros.

El jefe de seguridad me acompañaba mientras daba órdenes por un walkie y yo me imaginaba las alarmas sonando y registrando a todo el mundo en busca de mis chanclas. En ese momento un inglés de unos treinta años, de metro noventa y rubio apareció corriendo con mis chanclas puestas. Las dejo donde estaban originalmente y se llevó unas que había junto a ellas. Calzaba cuatro números más que yo y había tardado casi media hora en darse cuenta de que no eran las suyas a pesar de que le sobresalía medio pie. No pude evitarlo y por fin solté la carcajada.

Me despedí con una inclinación del jefe de seguridad que me sonreía visiblemente aliviado. Y con gran dignidad me alejé de allí con mis flamantes chanclas de goma.


jueves, 10 de marzo de 2011

Se levantaron muy temprano



Se levantaron muy temprano,
siempre es así en los Jueves Santos
Hay que arreglarse pa ese día,
no pueden ir hechos un guiñapo.
Con sus ropas de postín,
con sus ganas de vestir
ahí van los dos la mar de guapos.
Juan y Jesús se han santiguao na más entrar
y ya en la iglesia han comenzado con las flores,
que es su pasión vestir el palio de su virgen La Dolores.
Cuando terminan les inunda la emoción
y allí se quedan mirándola agarraitos los dos.
La banda suena y su virgen ya está fuera
y ellos le dicen adiós.
Cuando todos ya se marchan
y se quedan los dos a solas,
a sus sueños ponen alas
y se ven de blanco en su boda.
De la emoción hasta lloran.
Con sus madres de testigo,
su parroquia, sus vecinas,
rodeaos de sus amigos,
la carnecita gallina
y su virgen de madrina.
Lástima que vuestra iglesia
no entienda el amor entre homosexuales,
lástima que diga el Papa
que esos maricones son gente inmorales.
Y aunque les nieguen su sueño
y aunque les insulten y les den de lado
y aunque el Vaticano os desprecie
y os siga humillando,
para ponerle sus flores a la virgen
volverán el Jueves Santo.

Final del Concurso de Agrupaciones del Carnaval 2011. Teatro Falla de Cádiz. Segundo Pasodoble. Agrupación Juana la Loca. Ganadores.

No soy religioso. Más bien lo contrario. Nunca he ido a ponerle flores a la virgen y sólo piso una iglesia cuando me invitan a ceremonias religiosas. Y sin embargo oyendo este pasodoble me he emocionado y tengo los ojos encharcados. No lo comprendo. No puedo entenderlo. Y sin embargo tengo el corazón en un puño. Simplemente quería compartirlo. Con vosotros.

domingo, 6 de marzo de 2011

Una noche en Phnom Penh


Atardecía sobre Phnom Penh cuando abandoné la prisión de Tuol Sleng con el ánimo encogido y el cansancio de dos días de viaje por el Mekong. No tenía nada más previsto para ese día y me senté en la calle con la espalda apoyada en el muro exterior de la prisión. Un conductor de motos se me acercó y me ofreció sus servicios. Todavía ensimismado le dije que no. Necesitaba tiempo para asimilar lo que había visto.

Cuando por fin reaccioné, saqué mi guía y memoricé mentalmente el mapa de la ciudad. Todos los sitios turísticos estaban ya cerrados y pensé en pasear un poco al azar. Una vez que me levanté, el conductor de la moto se me acercó y se ofreció de nuevo a llevarme. Con una sonrisa y bromeando con él rechacé su ofrecimiento y en ese momento me di cuenta de que con las prisas no había cambiado dinero y no tenía ni para cenar.  Llevaba unos euros pero no sabía si me los aceptarían. El conductor seguía intentando que lo contratara dándome argumentos de lo más peregrinos como que mis blandas piernas occidentales no estaban acostumbradas a andar y entre risas acepté su oferta pero avisándole que no llevaba dinero y que necesitaba cambiar.

Nos montamos en su moto destartalada y entre un trafico intenso me llevó a un cajero. No me había entendido. Su inglés era aún peor que el mío y tuve que enseñarle mis euros para que me entendiera. Su cara sonrió de comprensión y tras recorrer media ciudad e insultar a varios conductores me llevó a un cambista que parecía sacado de una ilustración medieval de usureros.

Ya con mis rieles en el bolsillo fuimos hacia la zona del paseo fluvial, el barrio para los turistas. Aquello no es Camboya. Es una sucesión de bares repletos de extranjeros disfrutando de cervezas occidentales y hamburguesas y creyéndose alternativos. Me senté en el primero que vi que tenía una mesa libre en la acera y pedí una cerveza local que me supo a gloria.

Una vez repuesto seguí paseando por todo el paseo mientras me fijaba en posibles sitios para cenar. A mi lo que me apetecía era probar la cocina Jemer tradicional, pero la mayor parte de los restaurantes parecían demasiado "adaptados" para los turistas. Mientras andaba, los conductores de tuk-tuks y motos me ofrecían una y otra vez llevarme y cuando les decía que no, con un gesto pícaro me ofrecían "chicas bum-bum", un eufemismo para referirse a prostitutas y que había visto en las películas sobre Vietnam.

Al principio me reía y les negaba con la cabeza, pues imagino que debo dar el perfil. Un cuarentón paseando solo y sin rumbo fijo por delante de los bares y restaurantes en el barrio de los turistas y al anochecer. Imagino que pensaban que buscaba compañía y me lo ofrecían una y otra vez. Cuando les decía que no, se me acercaban al oido y me ofrecían hachis, éxtasis, coca y todo tipo de pastillas. Debía tener pinta de muy necesitado de diversión.

Entre los restaurantes y bares se publicitaban masajes para los pies cansados y masajes completos al estilo Jemer. Pero las señoritas ligeras de ropa que sentadas en la puerta se mostraban con las piernas abiertas, no parecían indicar el tipo de masaje que la publicidad prometía.

Un conductor de tuk-tuk insistente sacó de su bolsillo un catálogo de fotos de chicas desnudas que me mostró mientras me susurraba "chicas-chicas-masaje-chicas-guapas-simpaticas-masaje-barato" y me echaba el aliento en el oido. Le dije una vez más que no a su oferta y de repente se lo pensó y con una cara de sátiro me susurro "chicos" y se echó a reir mientras se alejaba. No sé si realmente era cierta la oferta o sólo que le hizo gracia la ídea, pero me hizo pensar que todo estaba a mi disposición si tenía dinero para pagarlo.

He encontrado turismo sexual en muchos sitios en mis viajes, pero pocas veces tan descarado y de tan fácil acceso como en Phnom Penh. Entre las fotos que me enseñaron había algunas de niñas que juraría que eran menores de 15 años. Pero lo que me revolvió el estómago fue pensar que si me lo ofrecían con tanto descaro y prácticamente cada conductor que me encontraba, eso significaba que había mucha demanda.

Miré a los cientos de turistas que abarrotaban los bares y pensé que cuantos de ellos saldrían de cenar buscando compañía.