domingo, 5 de septiembre de 2010
La cometa
Desde hace unos días siento algo extraño dentro de mi. Fue una mañana, sin previo aviso, cuando al abrir los ojos noté que algo había cambiado. Todo a mi alrededor era más grande y me costaba acostumbrarme a su tamaño.
Tardé tiempo en darme cuenta que volvía a ser un niño. No se como había ocurrido pero volvía a estar en los setenta de nuevo. Lo sentía dentro de mi. Pero nada era como lo recordaba. Todo lo que veía me parecía diferente, pero sin embargo me resultaba conocido. Me asomé a la ventana y contemplé las montañas. No me extrañó que desde mi casa nunca se hubiesen visto las montañas. Era lo natural.
El día era fresco y el viento soplaba moderadamente. Era un buen día para volar la cometa. Los demás niños se asomaban a las ventanas y también miraban el cielo. Algunos ya estaban en las terrazas de adobe preparando sus carretes. Miré las estrechas calles debajo de mi y no me sorprendí de estar en Kabul.
Subí a la terraza y desplegué mi cometa. Después de tanto tiempo sin volarla ver el cielo de la ciudad surcado por cientos de cometas era glorioso. Pero mi manejo era torpe, errático. Intentaba elevarla y ascendía caprichosamente, dando bandazos y casí sin control. Observé a los otros niños y algunos, incluso más jóvenes que yo, manejaban con soltura su cometa y sus risas las traía el viento.
El baile de cometas comenzó y una miríada de colores trazaban caprichosas coreografías en el cielo. Intenté controlarla y hacerla ascender. Pero tenía miedo de perderla si subía muy alto. La mantuve más baja que las demás y me dediqué a observar. Allá una pareja las hacía bailar una alrededor de la otra prácticamente sin esfuerzo. Otros dos, jugando entre ellos, enredaron sus hilos sin poder evitarlo y en una espiral incontrolada cayeron al suelo.
Me fijé en dos niños que reían mientras sus cometas se complementaban entre las nubes y se mecían al viento sin importarles que este cambiase, pero otro niño colocó su cometa entre las otras y por un momento dejó a una de ellas sin aire y cayó lejos de allí.
Algunos eran verdaderos profesionales y jugaban con las cometas de los demás. Las incitaban a subir y subir y cuando estaban con el carrete al límite con un movimiento brusco cortaban su hilo y las dejaban caer desmadejadas. Luego acudían a por otra.
Mi cometa se movía entre las suaves brisas de baja cota. Miraba a los demás con envidia pero no me atrevía a subir tan alto a jugar con ellos. Me había costado mucho construir esa cometa y me daba miedo estropearla. Y como todos los días la guardé. Una vez más.
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Uno de los tópicos que todo el mundo que ha visitado paises pobres (que curiosamente suelen ser riquísimos en materias primas, pero esa es otra historia) cuenta es la sorpresa con que ven cómo los niños parecen felices, jugando con cualquier cosa, ajenos a toda la pobreza y el malvivir que les rodea. O conscientes, pero atesorando esos juguetes que tanto les ha costado conseguir (o construir, como la cometa) y que les ofrecen una distracción aliviadora, una conciliación con su vida infantil, lúdica y exploradora que la vida diaria les niega. Como he viajado poco y cerca, no lo he comprobado, pero como tantos tópicos debe tener bastante de real.
ResponderEliminarJoer como me enrollo, sorry.
Un beso (ciervo-volantesco)
Bonito relato, es cierto que los niños más pobres son los más inocentes, los más felices dentro de la pobreza existente.
ResponderEliminarBesazos!!!!
Teniendo cuidado puedes volar más alta tu cometa aunque es comprensible que no quieras que destruyan algo que te has construido.
ResponderEliminarBesos (precavidos).
Tu texto me recuerda a esa maravillosa novela "Cometas en el cielo". En estos países el baile de la comenta es una fiesta, parte de su tradición y un día muy especial donde todos los niños muestran sus mejores cometas y luchan pot ser los únicos en quedar en el aire.
ResponderEliminarSi no has leído el libro, no pierdas tiempo y hazlo ya, te encantará...
Un beso
UT
Con paciencia. A muchos nos da miedo soltar nuestra cometas porque pensamos que nos van hacer daño de alguna forma, pero esos golpes de viento tenemos que sufrirlos para aprender a superarlos la proxima vez. Ya verás como lo consigues.
ResponderEliminarUn beso cielo
Lo que cuentas no sólo es un tópico Theo, sino también una realidad. He estado en países cuyos habitantes a veces viven con menos de 1 € al día. En muchos casos los niños viven solos, o tienen que cuidar a otros hermanos menores y la mayoría suele tener que trabajar muchas horas al día, pero sin embargo les ves felices disfrutando con una pelota que apenas rueda, una tabla para deslizarse por una pendiente o... una cometa. Después de ser adultos durante horas pueden ser niños unos momentos. Y los disfrutan al máximo.
ResponderEliminarUn beso (para disfrutar la infancia)
Es cierto Davichini. Parece que cuanto menos tienes más disfrutas de lo que se te ofrece. Su vida a veces es tan dura que cualquier cosa les produce una alegría inmensa. Se relajan, sonríen y dejan que el niño (que guardan mientras trabajan) juegue y ría.
ResponderEliminarUn beso (y muchas risas)
Cuesta mucho construir la cometa Chris, y da un poco de miedo que los de tu alredor puedan romperla sin saber si puedes construir otra. Pero de vez en cuando lo intentas.
ResponderEliminarUn beso (mirando las otras cometas de reojo)
He leído el libro Ut y he visto la muy buena adaptación cinematográfica que hicieron de él. Precísamente ese día de competición que aparece en el libro ha sido una de las inspiraciones para escribir esta entrada :)
ResponderEliminarUn beso (en tu ojo literario)
Pero da miedo Alex. Construir esa cometa ha llevado mucho tiempo y no se si podría repararla. Al viento no le tengo miedo, que lo enfrento con mis fuerzas, pero sí a las otras cometas que me rodean. Y hay demasiados días que me da miedo sacar mi cometa a volar.
ResponderEliminarUn beso (por empezar a volar tu cometa y contarlo)
jaja cari, que bonito y evocador. la verdad es tendemos a creer que los juguestes sencillos y antiguos eran más divertidos que los actuales. No sé. Hoy los jóvenes prefieran la Wii y la play y a lo mejor no es tan malo. Es lo mismo que tendemos a pensar que los actores antiguos eran mejores que los de ahora y -ya que lo mencionas- el cine afgano que es la polla, jajaa Pero no deja de ser una idealización.
ResponderEliminarTal vez será porque yo con la cometa fui una nilidad, soy de esos que tu cuentas que se quedaban enredados con el hilo, la cometa no subía nunca y siempre me rompía.. Y es que el viento de Galicia es muy variable, no sirve para volar cometas, teníamos que conformanos con follar entre las dunas, jaajaj
Cari, pero eso no quita que tu post sea muy bello y oh! tu final impactante, y presentar esa metáfora como el artilugio de evocar tu infancia de sacar y volvera a guardar a voluntad es muy eficaz, jajaaj.
Me voy con la cometa a otro sitio... Bezos.
Los juguetes son juguetes y todos se pueden disfrutar Thiago. Yo jugué a piratas con un palo y fui feliz. Hoy juego con mi Wii y me rio de mi mismo dando dando saltos incontrolados por el salón ;)
ResponderEliminarYo me tuve que confomar con la cometa. Si es que era un ingenuo... ¿por qué nadie me dijo que se podía follar en las dunas?
Y a mi me gusta el cine afgano... En los últimos años recuerdo tres películas que me gustaron: Osama, Kandahar y Buda explotó por vergüenza. Tu escuchas indie ochentero y yo veo cine afgano jajaja
Esta entrada me ha salido especialmente metafórica. Me ha costado bastante escribirla porque quería plasmar muchas ideas en él. Tiene muchas lecturas y se puede interpretar de muchas maneras y veo que cada uno se fija en un aspecto diferente. Eso me encanta.
Tu lectura es una de ellas. Me alegro de que te haya gustado. :)
Un beso (metafórico... o no)
Yo escribí algo sobre cometas hace tiempo y no me parece desacertado -quizá algo pretencioso- colocarlo aquí como comentario.
ResponderEliminarBesos, en el aire.
http://aliengay.blogspot.com/2010/03/muerte-de-una-pandorga.html
Un buen remontador de 'barriletes' (q es eso de 'cometa'...???) q en mi pueblo los había y me enorgullezco de ser uno de ellos... hubiera colocado varias 'Gillete' (hojitas de afeitar) en la 'cola' de su 'barrilete' (cometa) y con mucha habilidad lo hubiera acercado a los otros 'cometas'... la hojita de afeitar cortaría los 'tiros' (hilos) de la 'cometa' y la felicidad (léase cometas) de esos pibitos... se vendría abajo como 'calzón de puta'... jaaaaaaa... claro q mi malignidad no era exclusiva... y todos hacíamos lo mismo... así que todos nos teníamos q cuidar de todos... xq la idea no sólo era remontar la 'cometa'... sino eliminar a cualquier competidor q quisiera disfrutar de nuestro cielo exclusivo... q lindos momentos viví en mi pueblo cuando era chico... por favooorrrrrr...!!! jeeeeeee...
ResponderEliminaryo hice un papalote con mi hija :D hace una semana y es bien divertido verle ahi en el cielo. ami esta anecdota me recordo un video de disney jaaja de nebo murake, one by one,http://www.youtube.com/watch?v=QQCjmI4MW-E
ResponderEliminarParece un texto metafórico de algo que no preciso a adivinar, por aquello de que estoy algo espeso, o lacio. Pero yendo al texto en si, sin sacarle más jugo del que probablemente tenga, recuerda que todos tuvimos hace muchos años, cuando no existían ni los pokemon, ni los videojuegos ni los miles de juguetes de los chinos que jugábamos a cualquier cosa, yo tuve una cometa hecha manualmente, que duró lo que le dura la ilusión por los juguetes a los niños, un par de tardes, y luego me podía divertir con cualquier otra cosa, desde una piedra a la que le veíamos forma de coche hasta un complejo piloto de motos de plástico al que atábamos una cuerda al cuello y nos divertíamos metiéndolo por la ventana de mi vecina de abajo... tiempo ha.
ResponderEliminarBicos Ricos
Yo tuve varias, nunca fui capaz de volar ninguna, y siempre terminaba rompiendolas porque era un negado... claro que en mi caso, cuando la rompia me compraban otra, esos niños no tienen tanta suerte y por eso le dan más valor a las cosas...
ResponderEliminarUn beso.
un texto bello evocador de las memorias de ese fantastico libro y bastante buena peli (Estamos de acuerdo en eso... Kandahar me gustó menos aunque la fotografia era impecable, las otras me las he apuntado :)
ResponderEliminarAdemás un texto como bien dices de muchas lecturas e interpretaciones... veo que eso de los juegos te sirve para mucho y es que a "juguetón" no te gana nadie ¿Eh?
Besos de sobre ese texto de pueden escribir tesis enteras :-)
Para nada es pretencioso que lo hubieses puesto ...Runagay. Me ha gustado mucho tu texto. Sabes concretar las ideas con menos palabras que yo :)
ResponderEliminarCoincidimos en varias ideas como las de la libertad, las cadenas y la elección. Además me has descubierto la palabra "pandorga" que me parece preciosa y no la conocía.
Un beso (por tu descubrimento)
Me has recordado a Ben-Hur y su carrera de cuádrigas Luckitas. Eres el Messala del aire jajaja
ResponderEliminarVeo que hacías lo mismo que los niños de Kabul en su competición anual. Todos intentando cortar los hilos de los demás... pero ellos son más ingenuos y lo hacían sin cuchillas, solo con destreza. Al final sólo podía quedar una cometa volando.
Y otra palabra más que desconocía: "Barrilete". Están siendo muy fructíferos estos comentarios.
Un beso (sin cortarnos)
No conocía el vídeo Pancho. Me parece precioso. ¿Cómo se me ha podido pasar un Disney como este? Maravilloso y con una musica que es pura alegría.
ResponderEliminarY además una tercera palabra fantástica y desconocida para mi: "Papalote". Me encanta la riqueza de nuestra lengua.
Un beso (animado)
No te preocupes Pimpf por no adivinar todo lo que dice el texto. Las metáforas están en las manos del que escribe pero los significados en los ojos del que lee. A mi me encanta escribir de forma que cada uno lea algo diferente. Ojala supiera hacerlo mejor.
ResponderEliminarY lo que dices es cierto. Nosotros nos criamos casi sin juguetes y disfrutábamos imaginando que eramos piratas simplemente poniéndonos gorros de papel, o jugando a vaqueros y disparando con nuestros dedos índice y pulgar.
Los niños de hoy tienen más juguetes, pero si se los quitásemos seguirían jugando igual, porque ser niño y tener imaginación van de la mano.
Un beso (a mi príncipe en su castillo de caramelo)
A lo mejor se te rompían simplemente porque nadie te enseño a hacer volar una cometa correctamente Sergio. Los niños son imaginativos... pero no ingenieros ;)
ResponderEliminarY eso que apuntas es correcto. El valor que se da a las cosas en esos paises es muy superior al que le damos aquí. Estamos tan acostumbrados a la riqueza del primer mundo que desechamos rápidamente lo que se nos ha roto o simplemente que nos ha cansado sin darnos cuenta de que para otro su valor puede ser inmenso.
Un beso (con mucho valor)
Me alegro haberte descubierto un cine bastante oculto a la mayoría de la gente Adrianos. Espero que te gusten.
ResponderEliminarSoy muy jugueton, es cierto, con las palabras, con los sentidos, con los significados...con quien haga falta jejeje
jajaja tampoco tesis enteras, que esto no es el Ulises de Joyce, es más un divertimento de un día de ociosidad.
Un beso (mostrándolo todo)
Precioso relato con muchas ideas y sentimientos volando. Creo que hay que equivocarse para aprender y dejar que la cometa intente volar. Besos!
ResponderEliminarLo intento 30ñero... pero no es facil dejar volar la cometa. Da miedo. Ha costado mucho esfuerzo construirla y no sabes si los demás niños querrán jugar contigo. Incluso la más leve brisa te parece un huracán.
ResponderEliminarUn beso (volando hasta ti)
Me encantó el relato! Aquí no hay baile de de cometas, y me gustaría mucho verlo alguna vez. Creo que tenés unas ganas de volar, en sentido figurado, claro está.
ResponderEliminarBesotes Parmenio y gracias por tu buena onda!
Más ganas de volar de las que te imaginas Stanley ;)
ResponderEliminarMe alegro de que hayas arreglado tus problemas informáticas y estés de nuevo por aquí.
Un beso (volare...oh, oh, cantare...)