martes, 27 de julio de 2010

Aires de montaña


Hace ya más de dos meses que en "Desgarrando el alma" y "El día después" os hablé de mis amigos veraniegos. No tuve el valor de sincerarme con ellos el verano pasado y tuvo que ser en septiembre, cuando lo intenté por segunda vez y fracasé, estallando en un mar de lágrimas ante Nathan.

Pasaron casi seis meses en que mi mente torturada no dejó de pensar en lo ocurrido. Rememoraba una y otra vez esas noches aciagas y me prometía a mi mismo que se lo contaría la siguiente vez. Pero sólo el imaginarme el momento me provocaba unas nauseas tan fuertes que me impedían comer y encharcaban mis ojos.

A finales de febrero Mitch me escribió un correo y me propuso que quedásemos todos un fin de semana para esquiar. Mitch tiene un apartamento en una estación de esquí y sube todos los fines de semana con su mujer y sus hijos. Automáticamente mi idea recurrente regresó. Nos volveríamos a juntar todos y fuese como fuese tenía que decírselo.

Me hice cargo de la organización inmediatamente para que la idea no cayera en saco roto y me puse a enviar correos a todos. Propuse el fin de semana del 12-14 de marzo y Nathan rápidamente me confirmó su asistencia. Es soltero como yo y de decisiones rápidas. Stella tenía dudas sobre si podría asistir debido a los niños y como Troy, su marido, no podía venir al final dijo que no. Chase se apuntó sin dudarlo y acudiría con su mujer y su hija, mientras que Lance y Ayrton declinaron asistir porque ellos no esquiaban.

 Quedábamos pues dos matrimonios y dos solteros. A pesar de que la mitad del grupo no podía acudir decidí seguir adelante con mi plan y decírselo a los asistentes

Me encargué de las reservas del hotel para todos, y Nathan y yo fuimos en mi coche juntos. Llegamos bastante temprano, dejamos las cosas en la habitación del hotel y acudimos a casa de Mitch y Allison. Al cabo de un par de horas llegaron Chase y Molly con su hija y nos juntamos todos para cenar en su casa. A pesar de mi impaciencia y nerviosismo no hubo oportunidad de hablar. Demasiados niños a nuestro alrededor jugando y saltando que impedían cualquier conversación fluída y aún menos una noche de confidencias. Nos acostamos pronto porque había que madrugar para esquiar al día siguiente.

Se había perdido la primera oportunidad.

Amaneció un día espléndido y después de un desayuno copioso a base de huevos, beicon y tortilla subimos a las pistas. Toda mi rabia y tensión la descargué en bajadas vertiginosas como hacía años que no hacía. Creo que Nathan se sorprendió de mi ímpetu pero no dijo nada. El viento en mi cara y la montaña huyendo a mi espalda me calmaron al cabo de un par de horas. Me paré en lo alto de un arrastre y respiré un aire que a menudo me faltaba.

Agotados y exhaustos regresamos al hotel a media tarde. Tras darnos una ducha reparadora quedamos en el bar del hotel para tomar unas cervezas. Nathan se quedó en la habitación durmiendo tras haberme seguido sin una queja en todos mis locos descensos del día.

Chase bajó al bar media hora y una cerveza más tarde que yo. El local estaba desierto y pensé en hablar con él  pero decidí esperar a Mitch. No tenía fuerzas para pasar el mal trago dos veces en un par de horas. Ni fuerzas, ni estomago. Los nervios me empezaban a atenazar.

Estuvimos hablando y bebiendo mientras el bar se iba llenando poco a poco hasta que que no quedó ni una mesa libre. Cuando por fin aparecieron Mitch y Allison aquello parecía una convención de familias del Opus. No me pareció el momento ni el lugar para hablar. Y esperé a la cena.

Cenamos en el hotel, los seis adultos y los cuatro niños. O mejor dicho, dos adultos cenaron mientras los otros cuatro intentaban contener a los niños. En vista del poco éxito, nada más terminar Allison y Molly se retiraron a dormir y nos quedamos los cuatro amigos en el bar tomando una copa. Ese era el momento que estaba esperando.

No era cuestión de soltarlo como una bomba y decidí que la conversación avanzase un poco antes de llevarla a mi terreno, pero el cansancio hizo mella en mis amigos, y Nathan y Chase se durmieron en los cómodos sillones mientras Mitch y yo hablábamos de miles de cosas. Al cabo de una hora los dos se despertaron y se subieron a la habitación. A Nathan ya se lo había dicho y no me importaba pero con Chase era otra oportunidad que se escapaba. Quedamos Mitch y yo. Y decidí lanzarme.

Como siempre empecé dando rodeos. Es superior a mi. El miedo me acongoja y me es imposible mirarles a los ojos y decírselo. Él escuchaba en silencio porque veía que lo que le iba a decir era importante, pero no sabía el qué. Y al fin pronuncié las palabras.

Esperé su reacción. Mitch es muy religioso. Mucho. Es un católico tradicionalista. Practicante. Y no sabía como aceptaría mi confesión. Se quedó callado unos segundos y medio aturdido dijo.... "Ah, bien". Y comenzamos a hablar. Me preguntó y respondí. Hable y escuchó. Sonrió y respiré.

Dos whiskys después nos fuimos a dormir.

Yo agotado. Él sonriente.

18 comentarios:

  1. Que miedo... la gente que conozco de Opus gay son de temerse, son de esos buenos tan buenos que terminan siendo mañlos muy muy muy malos.

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  2. Mitch es muy católico y muy devoto Álvaro, pero gracias a dios ;) no llega a ser del Opus. Es un poco más moderno que ellos, aunque mantiene posiciones religiosas tradicionalistas. Y muy hetero por lo que sé jajaja

    Un beso (clásico)

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  3. Chuchi, normal que terminases agotado, es que a ti te van las sensaciones fuertes, no es suficiente ya el paracaidismo y barranquismo y demás, el caso es que te encanta esa adrenalina y los nervios pre-contarlo. Y yo me pregunto, si tu te has quedado a gusto al contarselo a tu amigo, ¿por qué la sonrisa en su cara cuando se lo has contado? Es que no la entiendo, ¿una sonrisa maliciosa? ¿una confirmación de lo que él ya se esperaba? Avanzanos argo... arcarde...

    Bicos Ricos

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  4. Me quedo también con la duda de qué clase de sonrisa será. Si es tan hetero como dices, queda descartada su salida armarística motivada por la tuya o que se lanzara amorosamente a tus brazos, que es lo que más o menos uno se podía pensar leyendo esa frase final así tan enigmática....

    Pero bueno, aparte de que está tan bien escrito como es habitual....lo mejor son los nombres de la pandilla, tan televisivos ellos, jaja.

    Un beso (en prime-time)

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  5. No es que me vaya el rollo masoquista pimpf jajaja, es que no se como hacerlo de otra manera. Lo paso muy mal, no te puedes imaginar cuanto... pero necesito hacerlo como el respirar. Ummm a lo mejor en el fondo si soy masoquista y no lo sé ;)

    Y esa sonrisa final... He acabado el relato con ella porque me fijé mucho y me sorprendió como a ti. No se lo pregunté pero yo la interpreté como alegría por tener la confianza de haber hablado con él... y también, en parte, porque internamente se reía un poco de mi al ver lo mal que lo había pasado yo contándoselo jajaja... que Mitch tiene su punto cabroncete :)

    Un beso (sonriente)

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  6. Veo que os ha llamado la atención esa frase de la sonrisa Theo (ya la he explicado en el comentario a Pimpf). La puse con toda la intención, pero pensé que solo tendría significado para mi y no tanto para vosotros... veo que me equivoque. Y me alegro. :)

    También la puse porque este post es la primera parte de una serie de dos y que espero escribir mañana. Me pareció una buena forma de terminar un post que iba a continuar.

    Los nombres los escojo con mucha... dedicación jajaja que no voy a poner los verdaderos, no sea que se pasen por casualidad sus portadores por aquí. Somos como el grupo de Friends pero en cuarentones y más... simpáticos.

    Un beso (televisivo)

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  7. Ya decía yo que lo de los nombres era para mantener el anonimato, jajajaj. Ahora estoy muy cansado después de currar y me cuesta pensar con claridad, jajaj, pero he llegado a esa conclusión.

    Me parece fantástico que tus amigos, y en especial Mitch, que es tan católico, lo aceptaran tan bien, síntoma que son buenos amigos, que te quieren, te ocmprenden y te aceptan tal y como eres.

    Bravo, besazos!!!

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  8. jajaja claro que sí Davichini. Todo lo que cuento es real y si lo leyesen los interesados lo reconocerían inmediatamente.

    Pongo seudónimos por dos razones: para que no encuentren esto por casualidad (supongo que no leen blogs gays) y por otro lado para que los demás no los identifiquen a ellos, que los quiero demasiado como para hacerles eso sin su permiso.

    Ahora lo veo claro y se que no tenía de que preocuparme, pero en ese momemnto no lo sabía... y las reacciones de la gente no lsa conoces. Tenía mucho miedo (sigo teníéndolo) ante el momento de decirlo y el miedo al rechazo me aterroriza.

    Un beso (sin seudónimo)

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  9. Pues otro amigo menos en la lista de confesiones...je,je.... sé lo que sentiste, lo tranquilo que te quedaste.... creo que aún te quedan más cosas por contar de ese viaje...je,je

    Un beso

    UT

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  10. Me encanta ir tachando nombres de la lista... aunque cualquier día m dará un infarto jajaja, pero de momento todos esos momentos han valido la pena por la sensación de después.

    Hay muchas cosas que no cuento porque si no los post serían interminable (y ya los hago largos) ;) pero sí... hay más cosas jejeje Ya veremos si las cuento.

    Un beso (enigmático)

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  11. Me alegro un montón de que prosigas en tu camino, estoy segurísimo de que el balance del año acabará siendo positivo.

    Besos (vacacionales).

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  12. Muchas gracias Christian, yo también soy optimista y creo que cuando recuerde este año en el futuro me parecerá mejor de lo que se ha sido realmente por todo lo que está ocurriendo.

    Disfruta de las vacaciones :)

    Un beso (pre-vacacional)

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  13. jaj A veces pareciera como si nos quedaramos un poco decepcionados. Creo que la gente se lo toma con tanta naturalidad, cari, que resulta curioso comprobar que fuera tan grande tu necesidad de soltarlo. No sé si me explico. Es que es demasiada expectación y teatralidad para que la gente luego se lo tome normal, como es lógico, jaja

    Y yo repito que es que los gay tenemos tendencia a la sobreactuación y exageración y nos parece que para nuestros amigos vamos a soltarles una bomba, y luego resulta que no es más que un pequeño petardito, jajaja Y para ellos eso no significa nada, jaja

    Bezos.

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  14. Reconozco que con Chase me quedé sorprendido... casi se lo repetí de nuevo para ver si se había enterado jajaja

    Pero es que Chase es especial en ese sentido. El resto siempre han mostrado sorpresa y curiosidad. Thiago, tu tienes casi la mitad de edad que yo y lo que para tu generación es más o menos normal y aceptado, para la mía no lo es tanto (y para la de mis padres es más bien aberrante).

    Pero tienes razón en que que pensamos que les vamos a soltar una bomba... y en parte es cierto, pero la bomba explota dentro nuestro no de ellos, que lo ven como un petardito que les puede hacer gracia... o salir huyendo.

    Un beso (explosivo)

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  15. Al final es lo que suele suceder. Yo de esa manera me niego a decirselo a nadie más, aunque ya por suerte no me queda a nadie que le tenga que soltar la noticias, yo prefiero que todo sea como más natural, en una conversación en la que no hay que decir "soy gay" sino que si sale el tema que un chico te gusta, lo dices tranquilamente y punto... es lo mejor que se puede hacer. No te lo tomes como una parafernalia que tengas que montar. Entiendo que quieras que tus amigos lo sepan, porque a mi me pasa lo mismo, pero me di cuenta que montar un espectaculo de esto lo hacía peor y con más sufrimiento para mi.

    Un beso cielo

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  16. Eso sería lo deseable Alex, pero antes necesito un grupo de gente a mi alrededor que me apoye y lo sepa, aunque el decírselo sea pasarlo mal yo. Más adelante las cosas supongo que irán surgiendo más naturalmente y no tendré que pasar por ese momento.

    Tu ya has pasado ese punto en que tienes a tu círculo más íntimo informado y el resto ya se irán enterando. A mi todavía me falta un poco para alcanzar ese punto.

    No me siento ahora con la capacidad de decir con naturalidad a alguien que no lo sabe "me gusta ese chico". Necesito todavía tiempo para eso. Llegará. Espero que llegará. Sé que llegará. Pero no todavía.

    De momento lo sufro.

    Un beso (normalizador)

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  17. Perdón por la expresión pero ¡que cojones tío!

    No hubiera podido hacerlo, de verdad.

    Un abrazo

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  18. Mas que cojones fue necesidad David. Tenía que soltarlo o reventar. En aquel momento ese pensamiento ocupaba toda mi mente y amenazaba con explotar. Fue liberador.

    Un beso (porque todo se puede)

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